La educación dominicana y su desafío hacia la sostenibilidad

República Dominicana es poseedora de leyes, normas, planes e instrumentos de políticas públicas en el sector educación, lo cual sirve de soporte para la educación enfocada en el desarrollo sostenible que perseguimos como nación, entre ellas están, la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030 (END) y sus objetivos en el ámbito educativo, la Ley de Planificación e Inversión Pública y sus vínculos en el sector educativo, además del Decreto de la comisión para el alcance de los ODS y el Reglamento Interno Comisión ODS, también el Pacto Educativo y los planes estratégicos institucionales del MINERD y el MESCYT; en las mismas se proporciona el destino al cual se quiere llegar como nación y el camino para lograrlo. "Como país, la República Dominicana debe garantizar una correcta planificación de sus recursos para la consecución de las metas y objetivos que le permitan lograr niveles de desarrollo adecuados y sostenibles."

Pongo a conocimiento de cada persona que tenga la oportunidad de leer este artículo, mi perspectiva de lo que es el estado deseado dentro del ámbito educativo con respecto al desarrollo de la componente sostenibilidad; el mismo supone un gran desafío debido a que aún hay poco conocimiento referente a lo que es el desarrollo sostenible y todos los aspectos positivos que aporta el educar para la sostenibilidad.

Parte de este sueño de lo ideal, sería que los contenidos establecidos en cada asignatura y las competencias fundamentales de nuestro diseño curricular dominicano se orienten a la educación para el desarrollo sostenible, además que antes de otorgar recursos tecnológicos, se prepare a cada docente para el uso y aprovechamiento de los mismos en las aulas, no obstante se anhela la reducción de libros físicos, hojas de papel, cuadernos, entre otros recursos que pueden ser sustituidos poco a poco por aplicaciones y plataformas digitales, las cuales sí van en favor de la sostenibilidad y contribuyen con la EDS, se debe enfatizar también la pérdida de 17 árboles para elaborar unos 3,000 cuadernos de 100 hojas, lo cual es un alto costo para nuestra naturaleza y para nosotros mismos y nuestro medioambiente.

No obstante, conozco nuestra realidad educativa y la situación actual en la que se encuentra, pero que esto no nos limite a crear consciencia y a ser parte de la transformación exigida; pensemos en lo que tenemos a favor para utilizarlo como un impulso, el cual nos lleve a esa calidad educativa con la que todo dominicano espera tener algún día, por lo que les comparto la imagen de un modelo gráfico de campo de fuerzas, donde expreso de manera resumida lo que he podido observar del estado actual y el estado deseado de la educación dominicana con enfoque a la sostenibilidad.

Modelo gráfico de campo de fuerzas.

Por último, pero no menos importante, debo concluir y a la vez recomendar que seamos los docentes quienes nos estamos formando en la educación para el desarrollo sostenible los primeros en desafiar la situación actual, a tomar decisiones que favorezcan la EDS, impactar desde lo particular a lo general, induciendo desde las aulas, los centros educativos, cada región y la nación a la Educación para la Sostenibilidad; marcar en la educación dominicana un antes y un después que nos lleve a ser modelos de políticas educativas y programas educativos en cada continente.

Aquí les comparto algunas fuentes bibliográficas alusivas al tema:

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